Protección de Variedades Vegetales

DEL VALLE IP Patentes y Marcas ofrece servicios de asesoramiento y consultoría relacionados con todos los aspectos de la protección de variedades vegetales y los derechos de los agricultores, incluida la preparación de las solicitudes de tales derechos a nivel nacional e internacional en la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales Europea en Francia.

Géneros, especies o variedades vegetales

El Convenio de la UPOV reconoce la importancia que tiene fomentar el fitomejoramiento en todos los géneros o especies vegetales y no intentar predeterminar en qué casos será o no provechoso. En 1975 se concedió la protección a variedades de unos 500 géneros o especies vegetales y en 1985 habían aumentado a 900; en 1995 superaban las 1.300. Se estima que, en 2008, se había solicitado protección para variedades de más de 2.500 géneros o especies, lo que también indica un aumento de la contribución del fitomejoramieno a la biodiversidad.

Las ventajas del uso

En la región de Asia y el Pacífico el desarrollo de la protección de las variedades vegetales es ejemplo de una pauta especial de uso de la protección por los obtentores a lo largo del tiempo. Las observaciones sobre la protección de las variedades vegetales en China, la República de Corea y Viet Nam, nuevos miembros de la UPOV, indican que el sistema es utilizado en primer lugar por los residentes para presentar solicitudes nacionales, seguidas de solicitudes presentadas por no residentes que aumentan con el tiempo. En la etapa siguiente, que se puede observar en los países que son miembros desde hace muchos años, como Australia, el Japón y Nueva Zelandia, los obtentores solicitan la protección en otros países miembros de la UPOV (solicitudes extranjeras).

Las conclusiones indican que la introducción del sistema de la UPOV contribuye a una mayor diversidad de tipos de obtentores y fomenta la actividad de fitomejoramiento. El sector público suele ser un usuario importante del sistema de protección de las variedades vegetales y también fomenta la inversión en el fitomejoramiento. En el gráfico anterior, por ejemplo, se ilustra el crecimiento en la inversión del Estado en fitomejoramiento en la República de Corea (miembro de la UPOV desde 2002) en el marco del Fondo de investigación y desarrollo del fitomejoramiento. De acuerdo con este plan, el Estado aporta fondos públicos por un valor equivalente al de la inversión privada, y el gráfico ilustra el importante aumento de la inversión privada.

Las conclusiones también indican que la adopción del sistema de la UPOV contribuye a mejorar las variedades vegetales. La incidencia de la protección en el fitomejoramiento se observa en la medida en que ganan terreno en el mercado las nuevas variedades protegidas, lo que es indicio de su valor para los agricultores. En algunos cultivos, principalmente agrícolas, que entrañan un sistema de certificación de semillas, se puede estimar la importancia de las “nuevas” variedades protegidas calculando la proporción de semillas certificadas producidas a partir de nuevas variedades en el total de semillas certificadas de ese cultivo (medido en superficie de producción de semillas certificadas). A este respecto, en el Informe de la UPOV sobre la incidencia del derecho de obtentor (estudio sobre la incidencia) se ofrece el ejemplo de la Argentina donde el fuerte crecimiento de las nuevas variedades protegidas es un buen indicador de la demanda del mercado y, por consiguiente, de su valor para los productores agrícolas.

En una tercera conclusión se indica que el sistema de la UPOV da lugar a un aumento de la disponibilidad de nuevas variedades y que la adhesión al Convenio de la UPOV supone mayores posibilidades de conseguir variedades vegetales extranjeras. Por ejemplo, en 1991, cuando se incorporó el Convenio de la UPOV a la legislación argentina sobre la protección de las obtenciones vegetales, el número de títulos de protección se triplicó inmediatamente. Cuando la Argentina se adhirió al Convenio de la UPOV en 1994, los títulos de protección concedidos a los obtentores extranjeros aumentaron considerablemente a medida que se empezaron a introducir sus variedades en el país. Los productores argentinos, por consiguiente, pudieron acceder, por ejemplo, a las variedades de trigo panificable del extranjero de calidad superior.

Una repercusión parecida, incluso mayor, se observó en la República de Corea, que adoptó el sistema de protección de las obtenciones vegetales en 1997 y se convirtió en miembro de la UPOV en enero de 2002. A la adopción del sistema en 1997 siguió un gran número de solicitudes de los obtentores nacionales, tras lo cual en 2002, en el momento en que el país se incorporó a la UPOV, se recibieron 350 solicitudes extranjeras.

La conclusión evidente es que no basta con implantar y aplicar el sistema de la UPOV. La adhesión al Convenio de la UPOV es una señal clara que se dirige a los obtentores extranjeros de que un país ofrece una protección eficaz a sus intereses, ya que la adhesión depende de que el Consejo de la UPOV considere que la legislación nacional (o regional) es conforme al Convenio.